febrero 22, 2010

Matrimonios gay y el gobernador presidenciable: Jorge Gómez Naredo

El gobernador de Jalisco ha emprendido una lucha en contra de la maldad y a favor de las buenas costumbres, la moral y lo “naturalmente” correcto. Sí, Emilio González Márquez ha principiado una especie de cruzada contra los infieles, apóstatas y herejes. El lunes pasado, el mandatario declaró que había presentado una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para que en el Distrito Federal no se aplique la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.


Yo mando donde se me da la gana

¿Quién es Emilio González Márquez para juzgar e intentar derogar una ley aprobada en otra entidad? En la ciudad de México, la Asamblea del Distrito Federal aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo. Puede Emilio González Márquez estar o no estar de acuerdo con dicha iniciativa, pero es un absurdo intentar violentar la autonomía de una Asamblea Legislativa soberana.

Es falta de cultura y tacto políticos, además de carencia de conocimiento. Seguramente la SCJN rechazará la controversia, porque de aceptarla legalizará que un gobernador de cualquier entidad pueda gobernar (al vetar leyes) en otra. Lo único que le queda ahora a González Márquez es ofrecer disculpas por esa aberrante acción: ofrecerlas a la Asamblea del Distrito Federal, al jefe de Gobierno y a todos los que habitan la ciudad de México.

Vamos a utilizar esto para aquello

¿Por qué presentó una controversia constitucional Emilio González Márquez? Uno de sus motivos, sin duda, fue el de colocarse, a nivel nacional, como el adalid de los grupos conservadores. El gobernador de Jalisco guarda la esperanza de que por grillas de allá y de acá y por casualidades de la vida, pueda él colarse como candidato presidencial en 2012. Ha hecho su campaña, lentamente pero de manera persistente: agraciarse con las televisoras, donar dinero a la Iglesia y, en especial, presentarse como un gobernante cercano a la moral y a las buenas costumbres. Es su apuesta. Y ser el primer gobernador en presentar una controversia constitucional en contra de las bodas gay, como opción retrógrada, conservadora e intolerante.

Yo gobierno para los “normales” y muy cerquita del cardenal

Emilio González Márquez se muestra como un gobernador para unos cuantos. ¿Acaso se acercó a la comunidad homosexual de Jalisco para saber cuál era su opinión acerca de la ley que permite en el DF los matrimonios entre personas del mismo sexo? No lo hizo: presentó una controversia constitucional y ya. Esto indica que González Márquez actuó como gobernador de unos cuantos, y en especial un gobernador cercano a la Iglesia católica y al cardenal Juan Sandoval Íñiguez, quien en repetidas ocasiones ha mostrado su rechazo a la aprobación en el Distrito Federal de bodas gay.

Las tesis presentadas por la Arquidiócesis de Guadalajara y por el gobierno del estado de Jalisco son casi las mismas. El supuesto Estado laico arguye: “entre los motivos para presentar la controversia, está que desde 1974, conforme a la ley en Jalisco, se sostiene que la familia nuclear está formada por el padre, la madre e hijos”. El editorial del órgano de difusión del Arzobispado de Guadalajara dice: “las uniones entre personas del mismo sexo son incapaces de alcanzar los fines que dieron origen al matrimonio”. Los argumentos, pues, son los mismos. Por eso vale la pena preguntarse, ¿quién realmente gobierna?, ¿González Márquez o Sandoval Íñiguez? Y es que a veces no se distingue.

Esos “anormales” no merecen derechos

Emilio González Márquez ha reiterado que, de darse los matrimonios entre personas del mismo sexo en la ciudad de México, se tendrían muchos problemas jurídicos en Jalisco, como por ejemplo, no se les podría otorgar a esos matrimonios créditos familiares en el Infonavit. El gobernador pretende que los matrimonios formados por parejas del mismo sexo no tengan los mismos derechos que los matrimonios formados por parejas de sexo distinto. Y quedó muy claramente demostrado en la nota de prensa que anunció la controversia constitucional: “Estas reformas (la aprobación de bodas gay) podrían obligar a los estados y municipios a reconocer el matrimonio entre parejas del mismo sexo y así, en Jalisco, se les otorgarían los mismos derechos que al matrimonio reconocido en sus leyes (es decir, al matrimonio formado por una mujer y un hombre)”. ¿Eso no es una discriminación enorme? El gobernador quiere que en Jalisco un acta oficial elaborada en la ciudad de México pierda su valor. Esto, sin duda, es una acción retrógrada tanto en pensamiento como en lo jurídico.

¿Y los resultados?

La controversia constitucional presentada por el gobernador de Jalisco ante la SCJN seguramente no será ni siquiera admitida, pues resultará “notoriamente improcedente”, como ya lo fueron las hechas por otros gobernadores. Esto estaba claro desde un principio: no hay argumento jurídico. Pero González Márquez quedó como un adalid del conservadurismo, y eso le puede granjear simpatías en una posible precandidatura presidencial. Parece ser que se le ha metido en la cabeza que puede ser el próximo presidente de México. Mientras él, González Márquez, le da vueltas y vueltas a su sueño y planea formas de ponerse lo más conservador que se pueda (y con ello, poner a Jalisco como un estado ejemplo del conservadurismo), allá, en la ciudad de México, se permiten bodas entre personas del mismo sexo y se coloca a dicha metrópoli como un ejemplo, no solamente en América Latina sino en el mundo, de tolerancia e igualdad de derechos. Ojalá un día acá aprendamos.